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29 octubre, 2010

Cuatro temas.

I. Hasta que me venza el sueño o le pierda el miedo al tiempo.
No quiero dormir.
Tengo miedo de intentarlo.

Miedo a no poder cerrar los ojos
ó
terror por no querer abrirlos.

Quiero dormir cansado, sin darme cuenta,
sin saber que hago.

Y soñarte, con diferentes caras,
dándome cuenta que eres muchas mujeres en una.

II. Hasta que me venza el miedo o le gane al dolor.
Tengo sueños recurrentes,
a veces imposibles,
otras irrecordables.

Pega soñar mentiras,
vivir el duelo de lo que no es,
encontrar una pared donde hubo alegrías.

Todo nos estuvo esperando
tal y como lo dejamos
al cerrar los ojos.

III. Hasta que me caiga de hambre o el ayuno sea de diario.
No me venzan las tentaciones,
que sean más fuertes mis oraciones,
que en ellas, siempre te pida más dones
para alabarte y servirte con mis acciones.

Concédeme la visión para escoger el bien
y la gracia de siempre serte fiel.

Concédeme la justicia que merezco,
que se haga tu voluntad
y eso será lo que más agradezco.

IV. Hasta perder la cordura o adoptar a la razón.

El loco corre viendo al cielo,
el sabio mira el suelo.

El sabio, vive en su mundo,
preocupado por las cosas del mundo.
El loco, vive encerrado en su mundo,
preocupado por cómo salir del mundo.

¿Quién es más culpable?
¿Quién es más libre?
¿Quién siente más?
¿Hacia dónde se inclina mi balanza?
Perder la cordura. Adoptar la razón.

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