Datos personales

28 mayo, 2010

35mm

Se toman las fotos.
El rollo se llena.
Treinta y seis fotografías atrapadas en el negativo.

Todo está obscuro.

Se prende una luz roja y un extractor, huele a químicos. Ácido acético puedo distinguir, leo botes con etiquetas que dicen Kodak Dektol, Fixer, cajas de papel especial fotográfico.

Todo un mundo desconocido para mi, entre olores peculiares y utensilios extraños como tanques de revelado y cuero mojado.

Todo está puesto, digo, yo no sé que hacer, pero ya está.
Se ponen unos papeles acá, se cortan las negativos.

Se sumergen por acá,

se les agrega revelador, se sumergen por allá, se toma el tiempo,
se gasta el tiempo (¡debe ser exacto!)
se les hace un lavado,
se mueven, luego la proyección, más químicos, se cuelgan, más químicos que apresuran la revelación
y agregar el papel fotográfico

y bom y paz, sóplale aquí, sóplale acá y ahí lo tienes. A-h-í lo-tienes.


Se revelan las fotos y las entregan y huelen a los líquidos y las ven y huelen a químicos y las miran...

¿Qué revelaciones aparecerán esta vez en las fotos?

¿qué, qué, qué, qué
revelaciones saldrán hoy?

No hay comentarios:

Publicar un comentario