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15 mayo, 2010

Tenlo en mente.

Uno se acostumbra a la noche facilmente, lo digo por experiencia. Y tratando de explicar mi situación sucede, que; de pronto un día despiertas y la mañana ha dejado de ser, tan especial, antes, la mañana era el recordatorio perfecto de todas las maravillas que surgirían por la tarde o por la noche, pero ya no es así. La mañana ya no me augura maravillas porque en mi rutina, la mañana, es más bien mi tarde, mi tarde, es más bien mi mañana y mi noche sigue intocable, por el momento y ahora me susurra las maravillas, que en tiempos pasados, me decia la mañana, mi ex-mañana.

-Mira, es como vivir en reversa; primero, amanece el día en la tarde, sigue la mañana y ya, ahora si, va la noche. En lugar de ir de ida; voy de regreso, en lugar de entrar; salgo, en lugar de hablar; callo, en lugar de caminar; me detengo. Todo va en pares antónimos; es decir, la tarde es la mañana, la mañana; la tarde y la noche... La noche no me la toquen.- le digo a Mnemosine.

En el nuevo orden, mi noche es idéntica, mi tarde es tranquila y mi mañana es buena, acompañada y alegre.

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