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13 abril, 2010

7. DREAMING / Träumerei /

1. ¿Qué oigo?
2. ¿Qué siento?
3. ¿Quién toca?
1. Una pieza que al principio de la partitura dice "poco lento", es la séptima de las Scenes from Childhood de Schumann (*quién, como dato curioso, tenía personalidades múltiples -Raro. Muy raro.- y ambos componían. -Más raro.- **Ciertamente dejo el titulo en inglés porque su traducción al español me parece deficiente.)

2. Desde que inicia yo siento que es pura nostalgia por haber sido niño. Nostalgia de que las personas del mundo y lo que pasa en él, nos arrebata un día, sin más, la niñez. Una niñez que fue como despertar con la boca pegajosa por comer dulces antes de dormir y aún a hurtadillas, es como despertar con moretones en los brazos y raspones en los codos por el anterior día en el parque, es como llegar a la casa oliendo a pasto y tierra, a dulce y sol, a travesuras e ilusiones que hoy nos parecen disparatadas, sencillísimas, lejanas. Lejanas. Y uno no lo comprende hasta que no es niño y así derrotados lo anhelamos y lo olvidamos y lo negamos y ya no lo vivimos más y suspiramos y reímos por viejas travesuras y caminamos por los mismos parques que fueron escenario de viejas aventuras y lloramos risas y reímos tristezas y preocupaciones y riñas. Y vemos los viejos trofeos; canicas, trompos, muñecos pequeños de héroes de historieta, miles de coches "Llanta-Caliente", peluches de Tribi y discos del veracruzano, Gabilondo Soler, alguna vez conocido y alguna vez llamado Cri-Cri, quién también fue conocido alguna vez. Y tenemos trofeos corpóreos, cicatrices y tenemos recuerdos y nos tenemos a nosotros mismos para contar maravillosas hazañas de los amigos de la cuadra, con los amigos de la cuadra, para los amigos de la cuadra.

¿Qué pasó con la frustración por no llenar los álbumes Panini de Garfield o del mundial de fútbol?. ¿Qué pasó con los tazos de los Looney Toons y de Pokemón, dónde están, en qué basurero?. Viejas cosas, compañeras de nuestro pasado, cosas que no perduran porque están hechas para no perdurar más que en la memoria, en nuestra propia memoria, sin la memoria nada tendría sentido.

Me extraño a mi mismo siendo niño, seguro que mi santa madre no, porque solía ser un demonio, pero al fin y al cabo, niño. Yo fuí niño, hace no mucho tiempo. Lo fui.

3. Mi hermana, Gabriela, ella toca. Antes fuimos juntos a clases de piano; a la Casa de la Cultura. Éramos bien niños aún, ella seguía en el Mercedes y yo en la E.C.C. plantel Chulavista. Ella siguió, yo no. Ahora estudia música en la Escuela Nacional de la Universidad Nacional. Yo estudio Derecho en La Salle, así a secas. Ella toca el piano. Yo digo tocar la guitarra, aprendí viendo, imitando a quién sabía. Aprendí con unas insulsas notas que me enseñó mi hermana mayor, Patricia. Aprendí a base de cayos y tablaturas de canciones punk rock que aún me gustan. Aprendí con mis propias canciones que ahora, no recuerdo enteras.
Ella toca el piano justo y junto a mi, mientras yo escribo. Hacemos movimientos parecidos los míos tatúan letras en la pantalla, los de ella, liberan memorias de infancia a cada nota y ella cierra los ojos y yo parpadeo de vez en cuando y la veo con los ojos cerrados. Yo escribo mientras toca. Ella toca lo que yo escribo. Yo y ella. Hermana, sangre de mi sangre, piel de mi piel, corazón que late parecido, voz que es parecida, la mía más grave por naturaleza, la suya, aguda por naturaleza, de chiquita siempre estuvo ronca, pero así era su voz. Ella toca, yo toco, todos tocamos de alguna forma. Infinitas gracias.

2 comentarios:

  1. ¡Me encanto!
    Y más el final del punto 3.
    Simplemente me fascinó.
    Gracias por darnos estas muestras de tu genialidad Jorge.

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  2. ¡Me halaga tu fascinación, hermano mío! Más me halaga tu insinuación de genialidad.

    "Uno siempre reconoce, en otros, lo que lleva dentro (aun que en tu caso sea muy dentro, jaja)". Un fuerte abrazo y muchas gracias.

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